Archivo de la etiqueta: Terremoto

Víctor Díaz

Tu nombre nos recuerda que el hombre, en su inocencia, es victorioso frente a la tragedia. Volvemos a recordar cómo éramos en esos años que ya están demasiado atrás, miramos con tus ojos. Dejamos de especular, renunciamos a buscar culpables, tenemos pena y miedo (nuestros ojos son reveladores, no nos podemos ocultar), pero la vida está ahí, esperándonos. Ya no ponemos los sentidos sobre el ladrón de lavadoras o LCD, recordamos cuáles son las prioridades, buscamos también a nuestro mejor amigo del mundo, nos preguntamos cómo estará, sabemos que muchas veces nos hemos peleado con él o ella, pero da igual, un tiempo después la amistad siempre ha trascendido, eso es lo que importa. Reconocemos la belleza hasta en la voz o en la manera de hablar de una persona, nos enamoramos de esos detalles: nos volvemos a sorprender. La vida nunca nos ha sido regalada, hemos tenido tragos amargos, comidas malas, tallarines pegados, porotos negros, pero de todos modos han sido buenos alimentos, nos han ayudado a memorizar lo que realmente interesa. Sabemos que todo eso es necesario. No queremos dejar de aprender, necesitamos nuestro lugar, y queremos, como Víctor, casas pulentas para todo Chile. Y sin duda queremos que todos los niños tengan la atención y ayuda que ha logrado tener este amigo tan querible.

Repaso que he visto demasiadas mariposas blancas el último tiempo. He observado cosas horribles desde el 27 de febrero de este año, pero al mismo tiempo he escuchado y descubierto bendiciones, como todas las ocurrencias del “Zafrada”.

Víctor, lo sabes, tu nombre es victoria y nada es azar. Chile tiene que parecerse a ti, el país te agradece las risas que nos has regalado, tu generosa esperanza es recompensada del mismo modo. Te lo mereces, sin duda. Ahora que tendrás tu casa, cúbrete ahí, que tus padres te guarden de cualquier murmuración, de las luces excesivas, que el mundo no te quite tu inocencia. Ciérrale la puerta a los curiosos, agradece con cariño (vive agradecido), sé humilde, como siempre lo has hecho y luego desaparece, como si hubieses sido un ángel. Ya nos has dado la fuerza, ahora cuídate tú. Tu familia y Dios sabrán hacer el resto.

1 comentario

Archivado bajo Chilenos

Nanai, Chile lindo, nanai.

Dejemos al menos unos días para pensar en lo que nos ha pasado, para enterrar a nuestros muertos, para volver a respirar un poco más tranquilos. Démonos cuenta de lo mínimos que somos y de nuestra condición de hijos. Abramos nuestros ojos: nuestras casas no son ya tan casas, no somos amos de nada ni de nadie, nuestro miedo es el mismo que el de un animalito perdido entre los escombros. Queremos ayuda, no podemos más. Estamos acabados. Nos ha sido dada esta frágil tierra que amamos y no la vamos a dejar; las tragedias son parte de nuestra idiosincrasia, no es que estemos viviendo algo demasiado nuevo, pero duele… y parece ser el peor sufrimiento de mucho tiempo. Los malos ratos del año que recién pasó son un vil chiste comparado con esto. Y ahora para colmo muchos de nuestros compatriotas se vuelven en contra de sus hermanos, para robarles, matarlos, saquear sus casas, y así apoderarse de cosas que no les servirán de nada si vuelve un terremoto igual o peor del que acabamos de vivir. Alguna vez escuché a alguien quejarse de ganar poco dinero, otro le dijo: “Para qué quieres más plata, si no te la vas a poder llevar para arriba”. Hay pobres que se rebelan en contra de sus mismos pares, así mismo como un rico que se rebela en contra de la voluntad de Dios. Hay periodistas chilenos que al principio estuvieron alegando violación a los derechos humanos si ingresaban militares a la zona de conflicto, sus ideologías y prejuicios los cegaban, mientras sobrevivientes de la catástrofe tenían que armarse de palos para defenderse de turbas que llegaban con armas de fuego a desvalijar sus casas. Las víctimas llegan a decir que lo peor no fue el horrible terremoto, sino la guerra que se produjo después y que los mantenía en una incertidumbre total. Se habían salvado de una grande, pero ahora venía una peor: la experiencia de que el hombre, a veces, es un lobo contra él mismo.

Dios bendiga como nunca a Chile y nos ayude a levantarnos. ¡Fuerza, Chile lindo!

Deja un comentario

Archivado bajo Chilenos